miércoles, 26 de agosto de 2009

distancia.

A veces el tiempo hace tanta mella en nosotros, que todas las distancias son pocas.
Me gustan las distancias. Incluso a veces, pienso, que todas las que tomo son ínfimas.
Días como hoy me gustaría distanciarme de la gente, de los ruidos, de la calle, de la ciudad, de los vinculos, de los quehaceres, de mis neuronas...

Ser una mota minúscula y etérea en medio de la nada.
Si, a veces me veo peleando con cosas tan obvias como el existir, el -ser-, el ser
-humano- en definitiva. Cosas intrínsecas a la mera existencia, a mi mera existencia.
Batallas perdidas.

En momentos como estos me gustaría huir a las montañas, a la soledad, al silencio, a lo primigenio, a ser nada en medio de la nada, o a ser todo en medio del todo.

A veces nos engullen las distancias, y nos carcomen por dentro; hasta que nos convertimos en un minúsculo punto que tan solo marca el espacio infinito entre nosotros mismos,
y el resto.

2 comentarios:

  1. Tengo una buena noticia para ti: ya somos la nada en la nada. Da igual si hablamos de espacio [el universo no es infinito, pero como si lo fuese - estamos en el centro de la nada] o si lo del tiempo [la Tierra tiene 4.550 millones de años].

    Y hablabas metafóricamente, usa mi tecnica: Dormir hasta fiiiiiiiiiiiiin.

    Ale, un beso.

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  2. A mi lo que me gustaría es dejar de pensar por un tiempo ._.''

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